La primera vez que vendí, fue en una tienda de zapatos cuando tenia 16 años. En esa época estaba de moda los productos de sanrio, hello kitty, y quería tener dinero para comprar mis gustos. No sabía atender, aprendí en ese negocio, dos cosas que me marcaron: que ganar comisiones cambiaria mi vida y que vender era una habilidad que debía potenciar.

Por mucho tiempo me creí la historia de que vender no era bien visto, y que vender era perseguir y manipular para que alguien compre algo, que desgaste no?

Hace más de 12 años que trabajo en ventas y a partir de ahí aprendí, me rete, me desafíe, y descubrí, que lo que ocurría no era que no sabía o que no podía, era que estaba utilizando las herramientas internas incorrectas y yo misma hacía que vender se volviera imposible.

Mientras no conectes con esa parte de ti que hace que vender sea valioso, seguirás implorando que te compren y sintiendo que las ventas son muy pesadas, no queremos espantar a nuestros clientes.